miércoles, 13 de marzo de 2013

Evaluación del desempeño profesional docente en Chile ¿Para qué?


Son muchas las formas de evaluar la actividad docente y por tanto del profesorado. Un buen modelo conceptual general, debería basarse en la existencia de varias fuentes de datos (fuentes de evidencia), con las que se pueda generar un constructo útil para tomar decisiones adecuadas. Esto permitiría utilizar los métodos de triangulación como estrategia, lo que llevaría a que el proceso sea exacto, fiable, válido y comprensivo (Herrero, Pérez, Gómez, Vizcaya y Mora, 2007).

Me parece pertinente mencionar algunas de las variedades de evaluación que propone Berk (2005):

  • Puntuaciones de los estudiantes
  • Puntuaciones de colegas
  • Autoevaluación
  • Videos
  • Entrevistas a estudiantes
  • Puntuaciones de egresados
  • Puntuaciones de empleadores
  • Puntuaciones de administradores
  • Premios docentes
  • Resultados de aprendizaje
  • Portafolio docente

De acuerdo con lo anterior, podemos darnos cuenta que la evaluación del desempeño profesional docente en Chile ha seguido estos parámetros en la búsqueda de un buen modelo, ya que se articula a través de cuatro instrumentos que pretenden integrar diferentes perspectivas:

Pauta de autoevaluación: consiste en una pauta estructurada a través de la cual se invita al docente a reflexionar y entregar la percepción de su propio desempeño profesional.
Entrevista evaluador par: consiste en una entrevista que es aplicada por un evaluador par de la misma comuna del docente evaluado o de otra distinta.
Informe de referencia de terceros: consiste en una pauta estructurada a través de la cual el director y el jefe técnico del establecimiento en que trabaja el docente deben emitir, cada uno, para evaluar su desempeño.
Portafolios: a través de productos estandarizados, recoge evidencia directa y verificable respecto a las mejores prácticas de desempeño pedagógico del docente evaluado. Se estructura en dos módulos: unidad pedagógica y filmación de una clase por un especialista del sistema de evaluación.  
El reglamento sobre evaluación docente establece la siguiente ponderación: Pauta de autoevaluación, 10%; portafolios, 60%; entrevista por un evaluador par, 20%; e informes de referencia de terceros, 10% (García, 2011).

Al relacionar esta información, cuesta comprender las razones de tanta crítica hacia un modelo que ha intentado cumplir con la selección de diversas evidencias para así convertirse en una evaluación fiable.  
Por mi parte, considero de gran utilidad la información que esta evaluación a proporcionado hasta ahora. La distribución de los docentes en la evaluación ha mostrado que cerca de un tercio de ellos obtienen calificaciones por debajo del estándar de la evaluación (nivel de desempeño competente). Más aún, los resultados del portafolio han permitido identificar con precisión los ámbitos en los que es necesario focalizar las acciones para mejorar el  desempeño de los profesores (Sun, Correa, Zapata y Carrasco, 2011).

Bajo esta mirada, me surgen ciertas interrogantes respecto a la pasividad que muestran las políticas públicas en cuanto a la toma de decisiones. Luego de algunos años recibiendo información muy similar, donde profesores noveles y no noveles han sido mal evaluados, y en conjunto con los bajos resultados de la evaluación SIMCE, se preguntaron ¿Qué estará sucediendo en la formación Inicial de profesores? Y de esa manera surge la evaluación INICIA, la cual lleva cinco años arrojando bajos resultados. Dicho esto, me pregunto:
¿Qué se esta esperando para indagar de manera más profunda lo que cada universidad hace o deja de hacer en las carreras que forman futuros profesores en Chile?

¿En qué medida se les esta exigiendo a las universidades que cobran aranceles millonarios por formar profesores que no cumplen con lo que el país necesita?

¿Es justo evaluar el desempeño profesional docente cuando sabemos que no han recibido una formación de pregrado que le entregue las herramientas necesarias para enfrentar dicha evaluación?

Desde mi punto de vista el Estado debe hacerse cargo de manera activa de la información recibida, y demostrar que esta más interesado en formar que en sancionar.

Referencias:
Juan Herrero, J. d., Pérez Cañaveras, R. M., Gómez Torres, M. J., Vizcaya Moreno, M. F., &      Mora Pascual, J. M. (2007). Buenas prácticas en la evaluación de la docencia y del profesorado universitario. () Universidad de Alicante; Marfil. Retrieved from http://hdl.handle.net/10045/12384

Marcelo García, C., & Cantón Mayo, I. (2011). Evaluación del desarrollo profesional docente. Barcelona: Davinci.

Ronald A. Berk. (2005). Survey of 12 strategies to measure teaching effectiveness.17(1), 48-62.

Sun, Y., Correa, M., Zapata, A., & Carrasco, D. (2011). Resultados: Qué dice la evaluación docente acerca de la enseñanza en chile. In J. Manzi, R. González & Y. Sun (Eds.), La evaluación docente en chile (Pontificia Universidad Católica de Chile ed., pp. 91-136). Santiago, Chile: Alfabeta.