domingo, 17 de febrero de 2013

Evaluación compartida



El tema seleccionado nace a partir de la actividad realizada el pasado miércoles en la asignatura del máster, donde por primera vez me invitan a ser participe en la elaboración de un instrumento de evaluación con el cual se calificará mi trabajo.  Si bien la sensación es extraña, debido a que probablemente estoy acostumbrada a que dichos instrumentos sean impuestos, logre sentirme motivada y valorada en dicha actividad, percibiendo en mí  una actitud más comprometida frente al trabajo que debíamos comenzar. Por este motivo, quise profundizar sobre este tema a través del espacio que se ofrece en este blog.

Primero que todo debemos tener claro lo que significa para nosotros evaluación, sin bien hay muchos autores que intentan hacer una definición de esta, me quedo con la que plantea Casanova (2012), quien la entiende como un proceso de recogida de información, rigurosa y sistemática, para obtener datos fiables y válidos acerca de una situación con objeto de emitir un juicio de valor relativo a la misma, determinar la satisfacción de sus resultados y tomar las decisiones oportunas con objeto de reforzar lo positivo o mejorar las disfunciones producidas. Entendemos entonces que el propósito más importante es lograr mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje, lo que nos proporcionaría una evaluación que esté al servicio del aprendizaje.

Considerando esto…
¿Cómo podemos hacer partícipe a los alumnos en los procesos de evaluación?  

De manera muy personal puedo decir que conocía la autoevaluación y cohevaluación como modalidades que me permitían hacer partícipe a los alumnos en los procesos evaluativos. Sin embargo, tal como plantea López (2009), también podemos integrarlos a través de la evaluación compartida, entendida  como una modalidad de dinámicas dialógicas y evaluativas que se establecen con el alumnado sobre sus procesos de aprendizaje. Además, nos aclara que existen tres vías principales para llevar a cabo una evaluación compartida, que son complementarias entre sí dentro de la misma asignatura: individual, por grupos de trabajo y por asamblea (todo el grupo-clase).

Centrándome en esta última modalidad y luego de las lecturas que he seguido sobre evaluación compartida, puedo entender con mayor claridad la sensación vivida el pasado miércoles. Sentí muy propio lo que rescata González (2007), cuando dice que la evaluación compartida se convierte en una herramienta básica de trabajo cuando se buscan finalidades como: hacer al alumno protagonista de su aprendizaje, desarrollar su autonomía y su capacidad de gestionar su propio aprendizaje. Cuando hicimos el ejercicio de construir la rúbrica con la cual se evaluará la exposición del trabajo en grupo, inconscientemente estábamos respondiendo a qué y para qué queríamos que se nos evaluara, lo que sin duda nos otorga un espacio real para ser protagonistas de nuestro aprendizaje. Esto fue un trabajo complejo que nos llevo a varios momentos de silencio, reflexión e indecisión, pero que finalmente a través de las ideas fundadas de cada participante nos llevó a la elaboración de un instrumento que se siente más cercano y confiable para acompañar el proceso de trabajo que debemos comenzar.

Por ahora, puedo decir que estas consideraciones son el inicio de esta nueva experiencia evaluativa, nos queda finalizar el proceso de trabajo para poner en marcha la rúbrica elaborada con el grupo-clase, lo que me lleva a preguntar ¿Habremos considerado todos los indicadores involucrados en el proceso? ¿Habrán quedado bien definidos y acotados? ¿Mantendremos la sensación de conformidad ante el instrumento una vez que seamos evaluados?

Fuentes:

Casanova, M. A. (2012). La evaluación de competencias básicas. Madrid: La Muralla.

González Fernández, N., & Universidad de Cantabria. (2007). Desarrollo y evaluación de competencias a través del portafolio del estudiante. Santander: Universidad de Cantabria. Vicerrectorado de Calidad e Innovación Educativa.

López Pastor, V. M. (2009). Evaluación formativa y compartida en educación superior : Propuestas, técnicas, instrumentos y experiencias. Madrid: Narcea.

Pueyo, Á. P., Sánchez, B. T., Pastor, V. M. L., Ortín, N. U., Lara, E. R., Bujosa, M. C., . . . Oliva, F. J. C. (2008). Evaluación formativa y compartida en la docencia universitaria y el espacio europeo de educación superior: Cuestiones clave para su puesta en práctica formative and shared assessment in higher education and european area of higher education: Key cuestions for. Revista De Educación, 347, 435-451.



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